El artista neerlandés Jan Hendrix (Maasbree, Holanda, 1949) es un observador del paisaje y de la arquitectura de la naturaleza que está bajo el acecho. Su mirada es un microscopio que explora el paisaje, a la manera de Velasco, aunque Hendrix lo hace con una mirada más introspectiva y silenciosa.
Así lo muestra en el conjunto de obra que compila la exposición Atlas, abierta este fin de semana en la Casa del Mayorazgo de la Canal, en San Miguel de Allende, que llegará al Palacio de Iturbide, en la Ciudad de México, en la tercera semana de marzo de 2024, integrada con 60 piezas del artista, entre aguatintas, serigrafías, acuarelas y textiles.
Nosotros vemos una hoja como algo plano, pero si se observa con una mirada más atenta, aún sin microscopio, uno podría encontrar el volumen de la hoja, es decir, esa tridimensionalidad que nos da una lección de arquitectura más resistente que lo creado por los arquitectos. Ahí hay algo muy interesante: la arquitectura de las plantas como punto de partida”, dice Hendrix en entrevista con Excélsior.
¿Hacia dónde apunta su reflexión artística en este conjunto?, se le pregunta al artista que llegó a nuestro país en 1975 con la idea de estudiar el paisaje mexicano, quien sostuvo relación con artistas como José Chávez Morado, Francisco Toledo y Gunther Gerzso, y con escritores como Seamus Heaney, Gabriel García Márquez y Bert Schierbeek.
Es demostrar la agilidad y la resistencia de nuestro entorno, esa resistencia que necesita, porque el entorno está bajo amenaza. Por ejemplo, en San Miguel de Allende, uno se mete en ese paisaje lleno de espinas y uno entiende cómo ese paisaje se está defendiendo, es un paisaje fuerte y agresivo que debe resistir la falta del agua”, apunta.
¿Su obra es una especie de microscopio o de radiografía de grandes dimensiones? “Sí, porque la mayor parte de la humanidad anda como ciega. A menudo observo la pintura de (José María) Velasco —que de alguna forma es inspiración para mi trabajo, junto con los viajeros del siglo XIX— y podemos ver que el observador del paisaje se va automáticamente a ver fragmentos o detalles del paisaje.
¿Considera que su trabajo está poblado de paisajes que son más reflexivos y silenciosos? “Ya lo estás contestando. Creo que la ausencia de color ayuda también a una especie de introspección del mismo lugar, como ponerlo en alto contraste.
En mi caso, tengo algunos lugares que son importantes para mi investigación, como Australia y Francia, que son lugares en los que indago el siguiente capítulo (de mi obra); es como volver al mismo lugar para continuar con el siguiente apartado de un libro”, explica.
¿Cuando la exposición llegue a la CDMX tendrá algún cambio? “Ahí tendremos más espacio para ampliar la exposición y a lo mejor así se entenderá mejor el título, siendo realmente el mapeo de mis andanzas y de mis indagaciones en diferentes lugares durante los últimos 30 años de mi carrera como artista”.
¿Qué piezas incluirá en la muestra que llevará al Palacio de Iturbide? “Lo único que me dejó la pandemia fueron las caminatas en la Ciudad de México, que estaba vacía y, por lo mismo, el cielo estaba más limpio y las sombras parecían más marcadas.
Así que me dediqué a dibujar sombras y su resultado apenas lo estoy procesando, pero debo apurarme porque ese conjunto deberá estar listo para la muestra del Palacio de Iturbide”, concluye el artista.
DENUNCIA CON BELLEZA
Cándida Fernández, directora de Fomento Cultural Banamex, también habla sobre la muestra y asegura que contiene un ingrediente de denuncia, pero sin dejar de lado la belleza.
Atlas presenta un panorama del universo de Jan, de sus preocupaciones y sus afectos; nos mueve un poco hacia la naturaleza, que siempre ha sido uno de sus campos de experimentación, y a su preocupación por la fragilidad de la naturaleza, que puede estar en serio peligro, representadas en una serie de serigrafías en alto contraste que muestran una selva asediada por el incendio, así que es una exposición de cierta denuncia, pero siempre con belleza”, asegura.
Y por otro lado, añade Fernández, nos acerca a otra faceta del artista, “la de su cercanía con la literatura, a través de unos capítulos de la Eneida (de Virgilio) y de otros capítulos de El paraíso perdido, del poeta John Milton, que los interpreta a través de intervenciones y de acuarelas”.
FRAGMENTOS DEL PASADO
Cándida Fernández también habla sobre la exposición Un anticuario, una devoción, inaugurada este fin de semana en la Casa del Mayorazgo de la Canal, con obras de la Colección Rodrigo Rivero Lake.
Es un conjunto de casi 40 piezas de la virgen de Guadalupe, desde sus expresiones más populares hasta las más acabadas, y que son realmente las piezas que él guarda con esta devoción guadalupana”, comenta.
Así como la muestra Arte objeto mazahua, integrada por 55 bordados mazahuas, elaborados por maestras artesanas de la familia Reyes Martínez de la comunidad de San Felipe Santiago, en el Estado de México.
Finalmente, Fernández adelanta que, en los primeros días de agosto, el Palacio de Iturbide abrirá la exposición Biombos y castas, pintura profana de la Nueva España, llevada a España en 2021, aunque con piezas adicionales.
Y le seguirán una exhibición sobre el patrimonio arquitectónico de Banamex y una más sobre la artesana oaxaqueña Teodora Blanco y María Izquierdo, con curaduría de Juan Coronel.