Una balacera desatada en el sur de Guayaquil, una de las ciudades más violentas y golpeadas por el narcotráfico en Ecuador, dejó como saldo cuatro muertos; entre ellos un niño de 11 años, además de seis heridos, informó la policía.
Dos niñas, de siete y cinco años, son también parte del saldo de ataque, declaró a la prensa el coronel de la policía Marcelo Castillo.
Ubicado entre Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína, Ecuador pasó de ser un oasis de paz a un territorio en disputa por bandas ligadas al narcotráfico.
En años recientes las balaceras, homicidios, secuestros y extorsiones se multiplican en esa zona. Esto aumenta las cifras de muertos en la zona.
Según Castillo, el ataque de este jueves fue producto de “retaliaciones que tienen entre los grupos delictivos porque vienen con saña, prácticamente disparan a quemarropa”, expresó Castillo.
Los pistoleros llegaron en autos y motocicletas y abrieron fuego contra un grupo de personas que reparaba motos en las afueras de un taller, en un barrio popular del sur de Guayaquil.
En el lugar dos hombres y el niño cayeron muertos al instante. La cuarta víctima falleció en un hospital.
Los atacantes lanzaron disparos al aire mientras huían. Seis personas fueron alcanzadas por las balas, pero su salud es estable.
En una fuga cinematográfica, los pistoleros abandonaron sus vehículos junto al río y huyeron en lanchas. La policía logró detener a uno de los atacantes que cayó de su moto.
Según Castillo, pobladores atravesaron “troncos con clavos que impedían la labor policial” mientras perseguían a los pistoleros.
Los choques y ajustes de cuentas entre bandas del narco son frecuentes en Ecuador. En junio un enfrentamiento entre pandillas en la localidad costera de La Concordia dejó ocho muertos.